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Para los que a estas alturas no conozcan la historia de Demarco Flamenco, comienza en Utrera hace 40 años. Cuando era solo Marcos Borrego López, un niño que cantaba con soltura en las fiestas familiares. Los amigos fueron sus primeros seguidores. La música, desde la infancia, su gran pasión. Era el hijo de Marcos, músico de profesión y que le contagió el amor incondicional por este arte.  Ya de adulto, creaba y tarareaba estrofas al aire, sin lápiz ni papel dentro de un camión de reparto de butano, el trabajo que desempeñó durante más de una década. Versos que luego convertía en canciones en la intimidad de casa simplemente por diversión. Un buen día decidió compartir con el mundo sus composiciones. Las colgó en la red y todo estalló: había nacido Demarco Flamenco.  Pronto se fijó en él una multinacional, Warner Music, para editar su primer disco -Uno- con el que ha conseguido unas cifras de vértigo: más de 180 mil seguidores en Instagram, un millón de oyentes mensuales en Spotify o el disco de Oro físico y Platino digital, entre otros triunfos. Pero principalmente ha logrado un público fiel que lo ha acompañado en los casi 200 conciertos que ha dado en apenas dos años, que canta sus temas y se emociona con sus melodías.  La historia del músico continúa ahora en su nuevo disco: “Le sonrío al agua” (Warner Music) producido por Gustavo Olmedo.  En este último trabajo, Demarco demuestra que es un artista de largo recorrido. Camina hacia adelante en el plano musical ya que suma la experiencia adquirida en estos años de escenario, sin perder la esencia de sus orígenes.  Consolida su carrera aunando lo mejor de sus comienzos -flamenco, luz, melodías pegadizas, sentimientos universales- más lo nuevo: la fusión del flamenco con estilos musicales actuales, más matices y el sonido de una completa banda.  Sus nuevas canciones han nacido en su mayoría de madrugada en la intimidad del hogar, en una habitación de hotel o en una furgoneta camino de un concierto. Experiencias que se sienten en las letras.  Demarco Flamenco le sonríe al agua cuando piensa en que ha materializado el sueño de su padre, en su niña que es su principal fan, en cada persona que disfruta con sus composiciones. Marcos era un niño sin un plan establecido en esto de la música pero sin buscarlo construye un camino de agua que no se estanca, avanza como un mar infinito.

 

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Todos los menores que ocupen butaca deben tener su propia entrada.

Los menores de 14 años deben ir acompañados de un adulto con autorización.