Nos reunimos de nuevo en la Sala Clamores después de las ausencias, en una tertulia musical contemporánea y atemporal donde el hermanamiento de las sospechas ha dado como resultado una valoración de las bañeras sin ayuda de tutoriales. Los talleres finalmente no darán comienzo, pues la innecesariedad del hacimiento ha sido desenmascarada por Aquél que es, en las inmediaciones el vertedero de las ubres, cerca de la estafeta de correos, un poco antes de los palomares, allá donde los conejos no pueden asomarse. “Ven mi niño ven” y otras baladas militares ¡Corran, no vengan! Nunca nos fuimos.