“Desde siempre la música fue mi forma privilegiada para expresarme. Me he criado estudiando el piano clásico en el Conservatorio y a la vez improvisando cómo un loco en mi casa. A lo largo de toda mi vida de artista, he estado dividido entre estos dos mundos, a pesar de que mis más profundas raíces estén en el arte de la improvisación. Tuve la suerte de hacer música con algunos de los mejores músicos del mundo del jazz, desde Lee Konitz hasta Pharoah Sanders, sin olvidarme de Mark Turner y Paul Motian. El estilo nuca tuvo demasiada importancia para mi, la verdad. Me crié bilingüe, en una familia estadounidense que residía en Francia, circunstancia que explica muy bien el hecho de que yo esté mucho más pendiente de la substancia que de la forma, mucho más atento a lo que quiero decir que a la forma con la cual lo digo. Al final, siempre intenté ir mucho más a fondo en la exploración de los distintos medios de expresión, para poder aislar el mensaje de su “medium”. Intentaré explicarme a

través de una metafora deportiva: si juegas al tenis siempre con el mismo oponente, tu juego mejorará justo para derrotar a ese oponente. Pero si juegas contra oponentes distintos, lo que mejorará será tu forma de jugar al tenis en general. Lo que estoy intentando hacer es aclarar mi mensaje musical independientemente del estilo, es decir, de ir directamente al corazón de la música”. Estas son las palabras de Dan Tepfer, uno de los músicos más extraordinarios del panorama actual. Nacido en París de familia estadounidense, dotato de un “increíble talento” (LA Times), el pianista y compositor Dan Tepfer ha sido capaz de trasladar su identidad multicultural en una búsqueda musical que no conoce limitaciones de estilos. Su álbum Goldberg Variations / Variations, en el cual empareja a la ejecución integral de las Goldberg de Johann Sebastian Bach sus propias improvisaciones, fue acogida cómo una “exploración musical fresca, inspiradora y reveladora” (New York Times). Mientras realizaba tan sólo siete discos como leader, Tepfer trabajaba al mismo tiempo con una

estrella del calibre de  Lee Konitz. Cómo compositor, Tepfer ganó en 2014 el Premio Charles Ives, que le otorgó la American Academy of Arts and Letters, en particular para  su Concierto para piano y vientos (que él mismo tocó en el estreno absoluto, que tuvo lugar en Praga) y también para Solo Blues para violín y piano, cuyo estreno absoluto tuvo lugar en la Carnegie Hall. Dan Tepfer consiguió  compatibilizar sus pasiones musicales con la carrera de astrofísico (se licenció en esta disciplina en la Universidad de Edimburgo) y en la actualidad está trabajando a un algoritmo para ordenadores, basado en su forma de abarcar la improvisación musical. Entre los distintos premios ganados por Dan Tepfer, destacan el Premio del público, conseguido en el Montreux Piano Solo Jazz Festival y el premio Cole Porter, que le otorgó la American Pianists Association. La banda sonora que compuso por la película independiente Movement and Location fue elegida “Mejor banda sonora” en el marco del Brooklyn Film Festival de 2014.