Vaya por delante que este montaje sobre la violencia de género formado por las obras, La Abusadora y El Club de las Vengadoras, escritas en clave de humor, tratan de ridiculizar a aquellas personas que utilizan la fuerza física o mental para imponer o someter sus criterios y caprichos a la pareja correspondiente, sin tener en cuenta su opinión y el respeto que se ha de tener al resto de las personas y muy especialmente a la que forma - o ha formado en algún momento - su pareja. Nadie es dueño de nadie. Y si viendo este montaje se consigue que alguien recapacite y cambie de actitud, habremos conseguido nuestro principal objetivo, amén de pasar un rato ameno y divertido.

Contra la violencia de género

femenino singular:

La Abusadora

Severo Anchoa Obligado, se ve obligado a acudir a un juzgado de conciliación para denunciar a su esposa, Bárbara, de abuso sexual, de recibir collejas, de tenerse que refugiar en casa de un vecino porque su esposa le perseguía con una escoba, a fin de evitar males mayores, y de un sinfín de humillaciones en relación con sus atributos personales. El juez, Juan King, con su saber hacer y maestría, tratará de imponer justicia y de conseguir un compromiso de acercamiento y buenos modales entre el matrimonio, el señor Anchoa y la señora Boquerón.

masculino plural:

El Club de las Vengadoras

El Club de las Vengadoras no es un club cualquiera. Está integrado por mujeres que han sufrido de sus respectivas parejas masculinas, humillaciones, vejaciones, daños físicos o morales, en resumen, maltrato de cualquier índole. Evidentemente los miembros de este Club no se han vengado dando besitos a sus ex parejas. Pero en su descargo hay que reconocer que violencia engendra violencia. Y ellas - pobrecitas mías - solo se han defendido. Para ingresar en el Club es necesario haberse vengado del hombre que las maltrata de una forma incruenta, sin derramamiento de sangre, y con pleno conocimiento de la persona a quien va dirigida la venganza de que ha sido objeto de la misma.

Pero demos unas pinceladas de la obra. Beatriz es una mujer que, en su primer intento de ingresar al Club, es rechazada como miembro de pleno derecho por no haber cumplido los requisitos exigidos en los estatutos del Club de las Vengadoras. Pero en la asamblea constituida al efecto, se acuerda darle una segunda oportunidad. Para ayudar a Beatriz a cumplir su venganza, cada una de los miembros del Club narran como han sido las suyas. Y todas esperan con anhelo y ansiedad que cumpla los requisitos exigidos y sea un miembro más de pleno derecho del Club de las Vengadoras.

Al final de un espectáculo siempre queda como mínimo un recuerdo, algo que comentar, y sobre todo y en este caso concreto, algo que nunca se debe de practicar ... la violencia de género.