GECKO TURNER (8º ANIVERSARIO INTRUSO)
El caso de Gecko Turner es atípico en la música española. Este pacense, de nombre Fernando Gabriel Echave, posee una elegante batidora en la que es capaz de hacer cócteles con cualquier ritmo, especialmente sonidos de sabor negroide. Pero no como mero imitador: parece vivir plenamente en esos sonidos, de tal forma que si apareciera en un escenario de Nueva Orleans o de La Habana, nadie se giraría para ver quién está estragando el espectáculo.
Todo es energía y chulería, todo es carnal. Desde los lejanos “Un limón en la cabeza” y “45.000$ (Guapa Pasea)” —latin jazz bailable con improvisación de metales y bajo obsesivo— hasta canciones recientes como “Here comes friday”, suavidad soul casi rapeada como Marvin Gaye, todo es una pura exaltación del ritmo y la sensualidad.
Ahora mismo, es una suerte no conocer la música de este extremeño, porque quien se acerque a su música sin haberlo escuchado nunca, podrá sentir el asombro, la pulsión del ritmo, la magia de un sonido vertiginosamente carnal. Y esto solo es posible por una cosa: en las canciones de Gecko Turner no hay mímesis, hay vida; no abraza un género, lo vive