¿Cuáles son los límites del piano?

Sus ochenta y ocho teclas, pulsadas por los dedos de un pianista, podrían parecer escasas si las comparamos con el generoso despliegue visual y tímbrico de una orquesta sinfónica. Sin embargo, cuando el virtuosismo se lleva al límite de lo imposible, el piano es capaz de emular con éxito el impacto expresivo de cualquier agrupación musical.

El programa de este recital, que es una nueva iteración (más ambiciosa, si cabe) del de la temporada pasada, pretende, una vez más, deleitar al público con una selección de transcripciones para piano, a partir de obras originales para orquesta. Para ello, se han elegido piezas muy conocidas, y de gran impacto emocional: desde la Marcha nupcial de Mendelssohn hasta El Danubio azul, pasando por El lago de los cisnes, de Tchaikowski, la Rhapsody in Blue, de Gershwin, Carmen, de Bizet, la séptima sinfonía de Beethoven o el Verano, de Vivaldi.

El nivel de complejidad y dificultad del programa es tan elevado que sólo está al alcance de muy pocos pianistas. Se trata, por tanto, de una oportunidad única de disfrutar de un recital muy poco frecuente a escala internacional.

Vivir para emocionarse,

emocionarse para vivir

Ancio Dezles