Cuando escuchas a Mª José Hernández por primera vez algo sucede que hace que durante un instante se pare el tiempo y se concentren tus sentidos en esa voz y esa forma de cantar. Es además una compositora inspirada y sensible que nos regala con cada nuevo trabajo una colección de canciones imprescindibles y sin fecha de caducidad.

Con cinco discos de canciones propias editados, además del celebrado Las uvas dulces, disco en el que versionaba doce canciones poco conocidas de José Antonio Labordeta, MªJosé Hernández se ha convertido en una de las voces femeninas más reconocibles, personales y atractivas de la canción de autor en España.

Cartas sobre la mesa es su nuevo disco, el sexto en su discografía. Apostando como siempre por la autoedición MºJosé Hernández nos regala un disco sorprendente y emocionante en el que se deja oir la voz de una artista que nada debe a la casualidad y que aprendió hace tiempo que la suya es una carrera de fondo. Sus once canciones son la declaración de intenciones de una mujer que ya tiene un recorrido vital, va sabiendo lo que quiere, y sobre todo lo que no quiere. En estos tiempos en los que lo importante es el envoltorio y no el contenido, en los que el valor del las cosas es medido por la cantidad de likes y todo se retoca con filtros, llega ella, se desnuda de nuevo el alma y pone las Cartas sobre la mesa para traer nuevos aires a la canción de autor.

Este es un disco vital y enérgico en el Mª José ha contado de nuevo desde el principio con Sergio Marqueta (piano y teclados) y Dani Escolano (contrabajo). A ellos se han unido en la grabación las guitarras de Fernando Girón y la batería de Dani Blesa. El disco ha sido grabado en vivo bajo la producción de Guigher para capturar toda la fuerza del directo y la energía de estos cuatro músicos excepcionales que han puesto su talento y creatividad al servicio de unas canciones que atrapan desde la primera escucha.

Cuidado con mimo hasta el ultimo detalle cuenta con el valor añadido de un diseño original en el que los textos no están recogidos en un libreto, sino en un juego de naipes, canciones como cartas que poner sobre la mesa.