NANCHO NOVO & RED HOUSE
De pequeño cantaba espirituales en las iglesias con mi hermana mayor. No sabía qué significaba esa música pero me llenaba el corazón.
Con catorce años tocaba la armónica y hacía blues.
Con dieciséis, componía blues en la guitarra. En castellano.
Pero Dios no me dio voz de negro para hacer blues.
Ni me dio dedos de negro, para tocar blues.
Lo único que Dios me dio de los negros no vale para hacer blues.
Tuvo que ser el Diablo quien cruzase en mi camino a Jeff y Simón, dos negros con déficit de pigmentación, para que mi vida cambiase.
Yo aporto mis letras, mi alma y mi teatro. Ellos son el blues.
Nancho Novo y Red House es una combinación que me suena muy bien.