Conversación de Sara Mesa y Valentín Roma
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11/11/2022 19:00
Sara Mesa publicó en 2019 el ensayo Silencio administrativo, una reflexión sobre el impacto de la pobreza en quienes la sufren, las trabas burocráticas a las que se enfrentan y los prejuicios de la sociedad ante los más vulnerables. Mesa ha publicado las novelas Cuatro por cuatro, finalista del Premio Herralde (Marta Sanz, autora que pasó por Cuéntalo, escribió sobre ella: «Repleta de imágenes poderosas que desasosiegan en la misma medida que magnetizan»), Cicatriz (Premio El Ojo Crítico), Un incendio invisible, Cara de pan, Un amor y el volumen de relatos Mala letra. Su libro más reciente es La familia, una disección de las dinámicas de poder dentro de la institución familiar.
Valentín Roma culmina con maestría en El capitalista simbólico (2022) el ciclo de novelas que empezó con El enfermero de Lenin (2017) y Retrato del futbolista adolescente (2019). Este friso narrativo sobre el desclasamiento en España tiene entre sus principales personajes al dinero, a su ausencia o a su exceso, al dinero como espejo moral y como caricatura ideológica. Doctor en Historia del Arte y Filosofía por la Universidad de Southampton, es director de La Virreina Centro de la Imagen de Barcelona. También ha publicado los ensayos Rostros (2011) y Diecinueve apagones y un destello (2021).
MODERA:
Regina López Muñoz no tiene coche ni hipoteca. Lo único que posee a su nombre son los casi ciento cincuenta libros que lleva traducidos desde que empezó a ejercer el oficio, en 2011, tras estudiar la carrera y un máster gracias al sistema público de becas. Desde casa o desde las residencias para artistas que tienen a bien patrocinarla —¡dinerillo extra!—, traslada al castellano autoras de lengua francesa, inglesa, italiana y portuguesa, entre las que se cuentan Edna O’Brien, Éric Vuillard, Mary Karr, Jérôme Ferrari, Margaret Drabble, Charlotte Delbo, Maria Judite de Carvalho o David Foenkinos. Le encanta su trabajo, pero si le tocara la lotería o contra todo pronóstico heredara un capitalito iba a traducir el Tato.